Santo Domingo Norte. — Indignación y estupor ha generado el deplorable hecho ocurrido la mañana de este lunes, cuando un miembro de la Policía Nacional, quien debía velar por el orden, protagonizó junto a un civil un tiroteo mortal por la simple disputa de un turno en la fila para abastecerse de combustible.

El agente fue identificado como el raso John Abenecio Rodríguez, de apenas 27 años, y su víctima y a la vez victimario, como Santo Nicolás Camacho Almonte, de 47 años. Ambos murieron tras intercambiar disparos en plena avenida Hermanas Mirabal, justo frente a decenas de ciudadanos que presenciaron la absurda escena.

De acuerdo con las versiones preliminares, una fuerte discusión por quién debía ir primero a cargar combustible terminó en violencia extrema, poniendo en evidencia el preocupante nivel de intolerancia que permea incluso a quienes juraron mantener la paz.

Rodríguez se desplazaba en una motocicleta Bajaj Platina 100, negra; Camacho Almonte estaba en una furgoneta Nissan Urvan, blanca. Ninguno cedió, y ambos terminaron muertos.

La Dirección Central de Investigación (Dicrim) y la Policía Preventiva acudieron de inmediato, acordonaron la escena y recolectaron evidencias para esclarecer cómo un conflicto tan trivial pudo escalar a un asesinato mutuo.

Las autoridades, junto al Ministerio Público, aseguran que revisan cámaras de seguridad, interrogan testigos y realizan peritajes balísticos para aclarar cada detalle de este hecho que, más que una tragedia, desnuda un problema profundo: la falta de control emocional y la facilidad con que se recurre a las armas, incluso entre quienes deben garantizar que eso no ocurra.